25 de mayo de 2011

LA PIZARRA : CHISPA SEMANAL-229


LA PIZARRA :

                ¿POR QUÉ A LAS NIÑAS Y A LOS NIÑOS NO LES GUSTA LEER?
REFLEXIONES Y PROPUESTAS PARA EDUCAR EN LA LECTURA

Una noche, ya tarde –quien disfruta leyendo suele terminar un libro por la noche tarde– estaba acabando el libro “La eleganza del riccio” [erizo] di Muriel Barbery. La señora Michel, la portera protagonista de la novela, se encuentra con Jean, un joven exdrogadicto de mala pinta, ya irreconocible al estar completamente recuperado, bien vestido, educado. El chico le pregunta con timidez el nombre de las flores que ella cultiva en el patio y que habían tenido tanta importancia en su rehabilitación de la droga. Camelias, responde la portera. ¡Camelias!, repite conmovido Jean, mientras una lágrima se desliza por su mejilla. “Usted no sabe qué placer me produce verle aquí” dice la señora Michel, mientras una lágrima se desliza por su mejilla. Mientras lo leía me di cuenta de que una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

Yo creo que este es el milagro de la lectura. Las lágrimas reales estaban escondidas entre las líneas y al leer las pude encontrar. Me gustaría que la escuela consiguiera dar a todos sus alumnos la posibilidad de vivir alguna vez la enorme emoción de sentirse parte de un libro, de sufrir y gozar con él, de sentir una lágrima que les cae por sus mejillas.

DOS REFLEXIONES INTRODUCTORIAS
Leer es como andar. Siempre he pensado que si la escuela logra transmitir a sus alumnos la capacidad de leer –no sólo la habilidad de descifrar los signos, sino la curiosidad, el deseo, la necesidad y, si es posible, el placer de leer, puede considerarse felizmente realizada, porque todo cuanto no ha podido o sabido enseñar a sus alumnos, se lo podrán buscar ellos mismos. En el fondo, aprender a leer es como aprender a caminar. Hasta que el niño no aprende a andar depende completamente de quien tiene cerca. Cuando aprende a moverse él solo sucede una revolución, porque ya puede ir en busca del mundo, salir al encuentro de todo y elegir, explorar, conocer. Así la lectura.

Como aprender a hablar. No debería ser tan difícil iniciar a los niños en la lectura. Bastaría fijarse en la naturalidad con que aprenden a hablar. Conviene hacerlo así porque funciona: todos los niños aprenden a hablar y usan este instrumento de comunicación, expresión y elaboración cognitiva toda su vida. Fuera de la patología no se da el caso, de negarse a hablar, cuando se aprende. La primera observación es que el niño nace y crece en un mundo de palabras. De su madre, de su padre, de los adultos que le rodean con afecto, serenidad, ganas de entender. La segunda, que todos a su alrededor esperan con ansia y emoción que el niño diga la primera palabra. La tercera, que a nadie le importa cómo dirá esa y las siguientes; todos están dispuestos a entender, interpretar, acoger como un gran regalo esos sonidos. El niño empieza a hablar en un mundo rico de estímulos y expectativas. Y es evidente que el afecto que sus padres expresan con estos sonidos articulados y armoniosos a él sólo le empujan a entrar lo antes posible en ese emocionante concierto.
Francesco Tonucci en Educar(NOS).     

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